viernes, 26 de marzo de 2010

La breve distancia


Martina aguarda que le traigan su café cortado en jarrita, como siempre. Esta sentada a una mesa en el centro del salón porque las orillas de amplios ventanales la intimidan. Aguarda  a Fernando el abogado que lleva su caso. Está a dos cuadras de los tribunales y la audiencia es para dentro de media hora. Se siente agitada y cansada de tantas peleas con el padre de su hijo. Hace tiempo ha dejado de ser mínimamente feliz y sigue soportando  una historia de atropellos , injurias e incumplimientos que la dejaron sin fuerza. Ahora otra vez la presentación ante el juez .Ahí están los mismos cargos agravados por el tiempo transcurrido, las mismas dilaciones que hacen  a la naturaleza  misma de esta justicia en la que ya no cree. Sin embargo está allí porque hoy debe creer.Sabe que  en este juego perverso la víctima tiene que demostrar que es víctima y el victimario ,abierta o solapadamente ,se burla de la situación, tal el caso del padre de su hijo.Sadismo puro ,se repite . Sabe que su ex marido tiene poder económico y político y eso es todo un tema. Contra ese poder está lidiando. Mira su reloj. Ahora faltan veinte minutos y Fernando no llega. Piensa en Jerónimo para apaciguar su ansiedad. El niño ha quedado con sus suegros que apoyan su causa porque saben que lo que ha denunciado es cierto. Le han confesado que ellos habían ocultado demasiado tiempo la pedofilia de su hijo pero cuando llegó hasta Jerónimo decidieron hablar y lo hicieron. Para Martina fue un alivio y un dolor.Sus suegros no han titubeado en ir a los medios a exponer su testimonio. La causa se mediatizó de tal forma que Martina se siente desbordada. No era lo que quería para ella pensando en Jerónimo  pero comprende la angustia de sus suegros. Ahora ellos también han sido amenazados. Martina mira a su alrededor. Hombres y mujeres juntos o solos haciendo sus propias historias ésas que se construyen más allá de esas cuatro paredes.Están  haciendo un alto allí imagina , para reunir pedazos de buenos recuerdos o de dolorosas despedidas. Algunos simplemente están en la rutina de la lectura del diario. En ese bar Martina leyó por primera vez el  escrito que le entregó Fernando donde se describía técnicamente el abuso sufrido por Jerónimo. Ese día lloró desconsoladamente y no le importó que la escucharan desde las otras mesas. En este mismo momento siente las mismas ganas de llorar pero se contiene.Hoy es un audiencia clave. Fernando llega justo a tiempo. Le señala su carpeta y le indica que todo está bien. Ella se levanta. El deja la consumición paga y salen. En la intemperie de la calle Martina se toma del brazo de Fernando. Siente un escalofrío que la recorre toda. El  nuevo escrito decidirá cuán cerca o cuán lejos está la Justicia de hacer justicia y ella  de recuperar el tiempo perdido en los pasillos de los tribunales, ese tiempo que debió tener para estar con su hijo  sin lágrimas y con las fuerzas necesarias para los abrazos y los  juegos que tanto necesitan los dos.