lunes, 29 de marzo de 2010

Inocencia

Manuelita  se acercó a la madre que estaba soleando la ropa de cama y le dijo sin vueltas: Mamá el maestro me encerró en la sala de música y me tocó la cola. Y  se quedó esperando . Enriqueta  escuchó y temblando se tomó del edredón que acababa e colgar .Tratando de disimular la ola de estupor que la iba cubriendo repruguntó. Manuelita repitió lo que acababa de decir. Ahora con un ligero mareo Enriqueta la llevó dentro de la casa. Allí la sentó en su silla de comer y fue obteniendo la información que nunca esperaba escuchar pero que escuchó hasta el límite de sus fuerzas. Le explicó a su hija que eso era muy grave y que ella tenía que aclarar la situación. Manuelita levantó los hombros y le dijo No sé mamá que tenés que hacer y pidió permiso para ir a su cuarto.En ese momento  Enriqueta no se permitió llorar ni gritar, ni insultar a la madre del desgraciado que ahora tenía que enfrentar. Llamó a su marido y con suma cautela le pidió que volviera a la casa. Cuando Pablo supo qué estaba sucediendo reaccionó violentamenete. Manuelita escuchó sus gritos y sus insultos y se asustó mucho. Después escuchó el portazo. Salió del cuarto pero en la sala no estaba nadie. En el baño su mamá estaba inclinada sobre el inodoro vomitando. Manuelita no entendía qué le pasaba y le acarició la cabeza como su madre hacia con ella cuando también vomitaba por comerse los duraznos verdes arrancados del árbol del patio de su abuela.
 Manuelita ya no recuerda todo lo que pasó porque sólo escucha los gritos de su padre queriendo pegarle al maestro y los de la directora  y de su mamá diciéndole que se calmara. Ella no sabe bien  por qué suspendieron las clases ese día ni tampoco por qué no fue a la clase de música ni por qué la dejaron  en la casa de la tía Nancy hasta la noche. Cuando la vinieron a buscar sus padres estaban muy cansados y tristes y ella seguía sin entender nada porque  pensó que ella sólo le había contado lo que el maestro le hizo en la sala de música y bien sabía que le había hecho lo mismo a Luz, a María y al mismo Pablo que se lo contó  a nadie más que a ella porque era su mejor amiga y él tenía mucho miedo de que los otros chicos se enteraran y se burlaran de él.