domingo, 4 de abril de 2010

María ha soñado



María  muy dolorosamente hilvana imágenes .Está  junto a Andrea, la hermana mayor.  Habló ayer con ella y le contó como pudo  su sueño. Desde ese momento ambas comparten el mismo desasosiego.Saben que lo no querido ha regresado. Detrás del sueño de María , confuso, doliente , allí  herméticamente cerrado, está el estigma que taparon durante años para seguir adelante pero que al fin afloró con toda su carga de rabia y tiempo. Son hermanas  y nunca se han abandonado la una a la otra. Primero trabajaron mucho para olvidar, luego creyeron conseguirlo  cuando pasaron los años,  formaron sus  familias y realizaron sus proyectos profesionales. Sin embargo bastó que María contara el sueño  que la perturbó para que Andrea también se sintiera parte del mismo.Ahora están en el parque al aire libre.Andrea escucha otra vez  el relato que ,como puede , María  hilvana, salta momentos en blanco y aparecen otros de una oscuridad que aterra . Andrea sigue el hilo de su voz quebrada . Escucha . De repente exclama :¡ el pozo!, ¡ las semillas!  y al unísono  se toman las manos. Una siente el temblor de la otra . María fue la primera que se soltó y se sentó en el suelo mirando la extensa superficie verde que la rodea.  Sigue con escalofríos. Las emociones le bajan la temperatura y sabe que tiene que manejar también  su baja presión pero hoy, no puede. Está con Andrea,  quien no tardó en descifrar qué encerraba ese sueño confuso y atemorizante . En  el centro del relato descubre las semillas que las dos recuerdan ahora con absoluta fidelidad. También hay en el sueño  una llave que las remonta a la gruesa llave de hierro que trababa el galpón de la casa de verano de  los abuelos y donde se guardaban los instrumentos de jardinería que usaba don Pepe, el cuidador que estaba en la propiedad antes de que ellas nacieran. Cuando gritaron ¡la llave! ambas supieron que el sueño era una guía , habían retornado a la casa, al secreto, que de tan guardado , de tan oculto, creían  desaparecido pero que el sueño de María había vuelto a poner en presente. Se mezclan las imágenes del sueño  que puede poner en palabras María, los recuerdos y el dolor.  Andrea se puso de pie y fue caminando lentamente hasta la orilla del lago y se quedó allí estática , con la mirada fija en un punto donde sobresalía la inmensa piedra plana que parecía una isleta en medio del agua. Tenía nombre: la Piedra del Perdón. María desde donde ha quedado , sigue a Andrea.Conoce cada uno de sus gestos y sabe, aunque la ve de espaldas ,que está recordando también la leyenda de la piedra. Ha pasado un rato largo y Andrea  no ha cambiado de posición. Está como petrificada mirando el centro del lago. María se levanta y va a su encuentro. La toma por los hombros y le pide perdón por no haber callado su sueño. Se abrazan. Saben que  en realidad ninguna ha olvidado aquella tarde infame en la cual el hombre de confianza de la casa, Pedro el jardinero, abrió con la pesada llave el galpón y con la excusa de mostrarles nuevos sobres de semillas de flores traídas de Ingalterra las encerró y las manoseó a las dos hundiéndo sus dedos, no en los huecos de la tierra de los canteros , sino en la tierra virgen de sus cuerpos.Por la noche, ya en el cuarto , hicieron un pacto de silencio y desearon que Pedro no  muriera antes de que ellas fueran grandes para poder vengarse. El destino quiso que su deseo no  se cumpliera porque el viejo jardinero que  seguía en la finca , murió un crudo invierno  , tres años después del brutal ataque a que las sometió. Los padres lamentaron su muerte, ellas dos por supuesto, no .  Treinta años más tarde, el sueño de María actualizaba la escena y  daba otra textura al trauma. Mirando la Piedra del Perdón saben que ellas nada tienen que ver con la romántica  leyenda que la envuelve. Ellas nunca perdonarán.  .Andrea aprieta a su hermana contra su cuerpo y exclama por las dos: No pudimos vengarnos pero esperemos que esté pudriéndose en el infierno !